Control, autocontrol y control represivo.

El día a día de nuestras relaciones con los perros.

Seguro que has escuchado hablar de los ejercicios de auto control para perros, puede que incluso realices alguno… Piensa en un ejercicio en concreto, por ejemplo el típico de no acceder a algo mientras lo está pidiendo, piensa, detente unos segundos, observa.

¿Eso es control, autocontrol o control represivo?

El control puede ser una habilidad que permite llegar a un objetivo o puede ser una pesadilla que imposibilita la convivencia en el día a día.

Las personas utilizamos el control en la relación con nuestros perros para regular y dirigir su comportamiento. Esto es algo que hacemos todos los días independientemente de las técnicas educativas que utilicemos: gestionamos situaciones, supervisamos, usamos (o no usamos) ciertas herramientas… En definitiva, decidimos donde se encuentra nuestro perro en cada momento, más allá de las formas empleadas para ello.

Aquí también entraría el entrenamiento específico para una acción o trabajo, o sencillamente las palabras o modos que usamos para la convivencia: sienta, no, ven…

El autocontrol, más allá de una moda, es la capacidad para regular el propio comportamiento, emociones o pensamiento.

Las personas realizamos ejercicios de autocontrol en perros, es decir, somos conscientes de nuestras propias emociones y pensamientos y podemos regularlos, queremos que nuestros perros sean capaces de regular sus propias emociones y pensamientos. Esto implica una capacidad importante sobre el control emocional, mantener la calma bajo presión y evitar comportamientos impulsivos.

No parece que se pueda llegar al autocontrol real si hay una falta de bienestar y buen trato. Y mucho menos por las consecuencias de no controlarse.

El control represivo está detrás de las limitaciones y restricciones. Va desde la autoridad impuesta al cumplimento de las normas.

Las personas convivimos con perros, pero hacemos leyes que limitan su bienestar e impiden cubrir sus necesidades básicas, imponiendo limitaciones y restricciones.

El control represivo también va de la mano con las consecuencias de no obedecer, sean estas lesivas o no.

Control, autocontrol y control represivo son conceptos importantes en la vida y en la educación canina.

Nos guste el termino o no, a las personas no nos queda otra más que ejercer control con nuestros perros, por eso es fundamental que lo hagamos de forma respetuosa, teniendo siempre en cuenta sus necesidades y bienestar. Cabe hacernos un planteamiento sobre si enseñamos autocontrol o ejercemos control represivo y, ser conscientes de que el control represivo puede traer consigo consecuencias poco agradables.

La convivencia con un perro puede ser maravillosa o puede ser todo un desafío. Sea como sea, tenemos que crear un ambiente seguro y tenemos la responsabilidad de cubrir sus necesidades y crear una buena relación.

Te invito a que la próxima vez que le pidas a tu perro que espere para algo (más allá de las formas) te preguntes si es autocontrol o control represivo.

Si tienes dudas o necesitas ayuda, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

Cinta Marí, 2023

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