En buena compañía

¿Y qué harás con los perros cuando nazca el bebé? ¿Y con el gato?

Fueron las primeras preguntas que nos hicieron, incluso por parte de embaraza-das, incluso por parte de madres….

Familiares, vecinos, tenderos, todos se vieron en la necesidad de hacernos esa pregunta. Otros iban más allá y afirmaban que con la llegada del bebé se nos pasaría “eso de los animales”.

Quiero pensar que es la cultura general la que lleva a las personas a pensar que la mamá y luego el bebé estarán en peligro y les “otorga” el derecho de meterse en tu vida asustando y alertando, como ya comenté en el artículo esperando un bebé (REC+11) cuando estás embarazada todo tu entorno se creen expertos en medicina y educación, llegas a escuchar historias y teorías realmente disparata-das.

Puede parecer que a estas alturas las personas disponemos de mucha información sobre enfermedades y seguridad e higiene en general, pero lamentable-mente no es así. Cuando trabajas con embarazadas te das cuenta que las personas (incluso personal sanitario) de su alrededor infunden miedos en ellas respecto a los perros o gatos con los que conviven. Enfermedades como el temible virus del pelo de las mascotas o grandes mitos como la toxoplasmosis*.

Toxoplasmosis – Texto extraído de: Documento de GEMFE (Grupo de Estudio de Medicina Felina) de AVEPA.

Toxoplasma gondii es un coccidio, parásito intracelular obligado, que infecta prácticamente a todas las especies de sangre caliente incluidas las personas.

LOS GATOS SE INFECTAN

– Ingiriendo carnes y tejidos infectados con quistes provenientes de carnes poco cocinadas.

– Ingiriendo carnes y tejidos infestados con quistes provenientes de presas cazadas en su hábitat.

– Bebiendo aguas no controla-das (agua de tiestos, ríos…), contaminadas con ooquistes esporulados.

– Durante la gestación, por diseminación transplacentaria en madres seronegativas.

– Durante la lactación.

– Mediante una transfusión de sangre proveniente de un gato con infección activa.

LAS PERSONAS SE INFECTAN

– Comiendo carne poco cocinada o cruda.

– Manipulando carne cruda sin guantes.

– Ingiriendo leche cruda de cabra.

– Comiendo verduras frescas contaminadas no lavadas

adecuadamente.

– Durante labores de jardinería o en patios de juegos para niños, si las arenas están contaminadas (el contagio requiere que se metan las manos sin lavar en la boca).

– Bebiendo agua contaminada con ooquistes esporulados.

Ingiriendo directamente restos de heces de gatos infectados por Toxoplasma gondii que se encuentren en la fase de eliminación de ooquistes. Al menos deben haber transcurrido 24 horas después de la deposición.

– La infección no se produce tocando o acariciando al gato. Los veterinarios de pequeños animales, que están en contacto físico frecuente con gatos, no presentan una mayor seroprevalencia que personas con otras profesiones.

 

Cuando hablo con embarazadas que no han dejado acercase a su perro o gato a la barriga “por lo que pueda pasar” no puedo impedir que me invada una profunda tristeza.

Vivo con dos perros y un gato y los tres se enteraron del embarazo mucho antes que yo, los tres conocían al bebé mucho antes que nosotros, los tres tenían sus juegos con el bebé mucho antes que yo.

Los mejores recuerdos del embarazo pasan por tener un perro o un gato acompañando al bebé. Los paseos diarios que te recomiendan no hubieran sido tan fáciles sin ellos.

Si me preguntaran por el recuerdo o la sensación más placentera durante el embarazo no tengo ninguna duda: el ronroneo del gato junto a la barriga, indescriptible. Todas las mujeres embarazadas que conviven con gatos deberían tener el derecho a disfrutarla sin miedo a ninguna enfermedad ni a contagiarle nada a su bebé.

¿Y cuando nazcan qué? Aquí está el otro motivo importante para haberlos hecho participes del embarazo, que simplemente la normalidad hace que el bebé salga, nada más. No necesitamos añadir, quitar, condicionar, maquillar la realidad, simplemente viene rodado (hablamos en todo momento de perros/gatos/personas equilibradas).

Perros y gatos son un excelente acompañamiento para las madres (y padres) durante el proceso de embarazo, parto, puerperio y crianza. Su compañía es un gran apoyo emocional y terapéutico.

Lo mejor que podemos hacer para “prepararles” ante los previsibles cambios es simplemente integrarlos en ellos, hacerles participes, de esa forma todo fluye con más facilidad y naturalidad

Hemos hablado de dos enfermedades, en la página anterior tenéis un cuadro explicativo sobre la toxoplasmosis, sobre el virus del pelo de la mascota… esto… ejem… ¡¡no existe!! Es una de tantas cosas que se inventan para asustar a mamis y papis.

Estudios en Journal of Allergy and Clinical Immunology realizados por investiga-dores de la Universidad de Cincinati (EEUU) concluyeron que los niños pequeños que viven en casas con más de un perro, tienen tres veces menos probabilidad de desarrollar alergias.

No existe excusa para apartar a nuestros compañeros de cuatro patas de nosotras porque llegue un bebé. Ninguna.

Doy por hecho que si vuestros perros y gatos viven con vosotros en casa cumplen una serie de requisitos higiénico-sanitarios. Si existe algún problema en la convivencia tenéis unos meses para solucionarlo, y ante cualquier duda lo mejor es contactar con una educadora canina que trabaje desde el respeto al perro.

Ojala podáis disfrutar juntos.

Autora: Cinta Marí

Artículo publicado en la revista REC+ nº12

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