Simplemente estar

Cuando preguntamos a alguien qué comparte con su perro, las respuestas más frecuentes son momentos de juego u otras actividades conjuntas que buscan las personas. Estas actividades tienen distintas finalidades: pasar tiempo juntos, hacer ejercicio, cansarlos… pero hay un denominador común: COMPARTIR.

No entraré a hablar sobre deportes caninos y sus posibles beneficios o contraindicaciones, pero si apuntaré que si tomáis la decisión de que vuestro perro realice una actividad deportiva lo hagáis SIEMPRE bajo el punto de vista del perro y teniendo en cuenta su edad, climatología y sobre todo sus descanso.

Lo primero que deberíamos hacer es ser conscientes del ritmo y tipo de vida que llevamos y que hacemos que lleve el perro. Ser conscientes de si hay una rutina estable, de si lo que sucede alrededor es predecible, de si tenemos una buena comunicación, de cuál es nuestra relación REAL, nuestras exigencias… Es importante tener sinceridad con nosotros mismos y auto contestarnos –en la medida que podamos- como lo haríamos bajo los parámetros de un perro.

En segundo lugar nos plantearemos dos conceptos:

– Compartir: participar en algo

– Estar: permanecer o hallarse con cierta estabilidad en un lugar, situación, condición.

Otras formas de compartir/estar en el día a día:

 Es beneficioso (y pueden) para los perros estar con personas de forma amable, amistosa, relajada.

 No es imprescindible tener que “estar haciendo”, ni necesario. Podéis disfrutar juntos de “estar”, compartir un rato de paz, de descanso, de espacio, de sol, de fresquito… no hace falta ni siquiera pedirle nada. De esta manera colaboramos en crear un ambiente donde el perro puede estar relajado y en compañía, compartiendo junto a nosotros.

 Es importante para su estabilidad que les proporcionemos rutinas estables, facilitándoles la posibilidad de predecir que va a suceder, eliminando incertidumbres, preocupaciones…

 Ofrecer , referenciar, transmitirles calma, comprensión, entendimiento, tolerancia, respeto, confianza, educación, afecto, es la mejor manera para que lo “aprendan, usen y devuelvan”.

 Si tenemos la necesidad de que el perro aprenda algún comportamiento, se lo enseñaremos de forma tranquila y calmada, no hay necesidad de añadir excitación (recordemos que los perros son sosegados). Aquí también tendremos en cuenta factores como su edad.

 Introduciremos actividades de olisqueo, tirándoles trocitos de comida en el suelo para que puedan usar la nariz, limitando nuestra intervención a “dejarla caer”, permitiendo que ellos empiecen y ellos terminen. Es algo que a nosotros nos cuesta muy poco esfuerzo y muy necesario para ellos.

Los perros necesitan otros perros:

Aquí nos podemos encontrar con el problema de que quizá los perros que encontramos habitualmente no los consideramos los más adecuados… pero ese problema es NUESTRO, ahí si entramos nosotros, ya que somos los UNICOS RESPONSABLES de controlar el entorno. Si habitualmente nos movemos en un entorno que consideramos poco apropiado, tendremos que cambiarlo, o cambiar horarios, planificar como, cuando, donde y con quien se puede encontrar… pero no podemos quitarles el compartir con su especie.

Para finalizar me gustaría invitaros a reflexionar que sentís/buscáis/encontráis/ necesitáis en vuestro hogar, en vuestras cuatro paredes. Probablemente la respuesta no sea muy diferente de: paz, tranquilidad, seguridad, descanso, relax… y a veces dista bastante de lo que logramos tener en el hogar. Pensemos que nuestro hogar es también su hogar, actuemos en consecuencia, aprendamos a descansar, relajarnos, saborear, disfrutar… por nosotros y por ellos.

Autora: Cinta Marí

Publicado en la Revista REC+ nº 9

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